Viaje de autor a Bretaña: Tierra de Castillos y Leyendas

Llegamos a Dinan y nos ponemos a explorar. Por cierto, se puede llegar en avión a París. Si llegas a los aeropuertos de Rennes o Nantes te recogemos y te traemos. No te preocupes, que te explicaremos las mejores opciones.

Con sus tres kilómetros de murallas, una majestuosa torre del reloj y sus casas de entramado de madera, Dinan te transporta directo al Medievo.

Fundado en el siglo X, su ubicación estratégica entre rutas comerciales lo convirtió en una de las ciudades más prósperas de Bretaña en el siglo XIV. Hoy, sigue conservando su esencia histórica y se ha ganado el título de uno de los pueblos más bonitos de Francia. Basta con recorrer la calle de Jerzual, que une el castillo con el puerto, para descubrir más de 40 talleres de artistas y artesanos, además de restaurantes, bares y tiendas que le dan vida a la ciudad.

Recuerda, que nuestros dos coordinadores viven aquí, así que te van a mostrar rincones que sólo los lugareños conocen.

Después de nuestro rico desayuno típico, nuestro viaje por la Bretaña francesa, continua haciendo una parada en Cancale, un rincón con vistas espectaculares a la famosa Costa Esmeralda.

Este pequeño pueblo bretón es un verdadero paraíso para los amantes de las ostras, que aquí se disfrutan fresquísimas y con los pies en la arena. Te apetece?

Sus calles de piedra, sus encantadoras tiendas y el mar que, cuando el sol brilla, se viste de un hipnótico tono verde esmeralda, hacen de Cancale un destino difícil de olvidar.

¿Y si seguimos explorando? A solo 50 km de Dinan se encuentra uno de los lugares más impresionantes de Francia: el Monte Saint-Michel. Uno de los platos fuertes de este viaje organizado en Bretaña.

Este islote, rodeado dos veces al día por las mareas más espectaculares de Europa, no esconde un castillo, sino una abadía impresionante y un pueblo con mucho encanto. Los normandos dicen que es suyo, pero nosotros te contaremos la versión bretona… junto con muchas otras historias que harán que este viaje sea inolvidable.

Aquí estaremos buena parte del día y cuando ya lo hayamos disfrutado totalmente, nos regresamos a Dinan a cenar un rico plato típico.

Tercer día de aventura y aún no hemos visto ni la sombra de un corsario… Pero tranquilos, que todo cambiará en cuanto crucemos la puerta de San Vicente.

Decir que Saint-Malo es una ciudad marinera es quedarse corto: aquí, el mar no es solo parte del paisaje, sino el alma misma de la ciudad. Sus imponentes mareas, las más grandes de Europa, han marcado su historia y su carácter. Desde este puerto partieron valientes pescadores rumbo a Terranova, hábiles comerciantes, intrépidos navegantes… y, por supuesto, corsarios legendarios. Porque Saint-Malo no solo desafía al mar, lo domina con carácter y valentía.

Rumbo de nuevo a Dinan, haremos una breve parada en Saint-Suliac, un pueblo pesquero de postal, donde las redes aún se secan al sol en las fachadas de granito. Pequeño, sí, pero con una atmósfera que atrapa a todo el que pasa por allí. De esos lugares que están fuera de ruta al más estilo Ruteart.

Y, como buen viaje por tierras bretonas, no podía faltar un toque de misterio. A poca distancia nos espera un enigmático conjunto de piedras gigantes que, según la leyenda, fueron levantadas en una sola noche por el hada Viviana.

Sí, la misma que cautivó a Merlín con su inteligencia y magnetismo. Este antiguo pasillo megalítico, compuesto por 41 enormes bloques, sigue siendo un enigma incluso para los expertos. ¿Quién se anima a descifrar su secreto?

Día cuatro, y tenemos una gran sorpresa, un momento para desconectar y dejarnos llevar. Hoy toca una terapia para los sentidos.

Los canales de Bretaña no son solo un adorno del paisaje. Hace más de dos siglos, Napoleón mandó construirlos para impulsar el comercio, y su legado sigue vivo en 329 esclusas que permiten cruzar la región de punta a punta.

No recorreremos los 500 km de canales (aunque sería toda una hazaña), pero sí exploraremos un tramo espectacular entre Dinan y Léhon, siguiendo parte del Camino de Santiago y…tenemos SOPRESAS para ti…no te vamos a decir qué es, pero sí que hay música, ambiente festivo y mucho diversión.

Realizar estas actividades sólo son posibles gracias a nuestra manera de realizar los viajes: Auténticos, con coordinadores que conocen a la perfección el lugar y con mucho cariño.

Será un día para bajar el ritmo, dejarnos envolver por la naturaleza y entender, sin prisas, lo que realmente significa la sostenibilidad y la belleza que perdura en el tiempo.

El día de hoy exploramos Dinard, una de las joyas de la Costa Esmeralda. Este elegante destino conserva la esencia del turismo aristocrático del siglo XIX, con sus villas señoriales de tonos verdes que, con un aire ligeramente británico, dan al paisaje un toque nostálgico y distinguido.

Y hablando de cine, Dinard tiene su propio festival: el Festival de Cine Británico. Cada año, se llena de glamour y pasión por el séptimo arte, y por supuesto, homenajeando a grandes como Alfred Hitchcock, cuya estatua se ha convertido en uno de los íconos de la ciudad. ¡Todo un homenaje al cine de calidad!

Pero lo mejor está por llegar, porque vamos a seguir la costa y alucinamos con los acantilados de Cabo Fréhel, que se alzan 70 metros sobre el mar. ¡El paisaje es impresionante! Y para rematar, al final del recorrido, encontrarás el Fuerte La Latte, una fortaleza histórica que sigue imponente frente al océano. ¡Un lugar digno de explorar!

¡Y así llegamos al último día, listos para disfrutar hasta el último momento! Pero antes de decir adiós, aún tenemos tiempo para saborear unos crêpes y galettes y explorar las obras de algunos artistas locales. Así que, nada de ponernos tristes, ¡aún hay magia por descubrir!

Entre Dinard, Saint-Malo y Dinan, se encuentra un lugar fascinante: la presa de marea de la Rance.

Esta joya de la ingeniería es la segunda más grande del mundo y genera energía a partir de las mareas, un tipo de energía renovable, limpia y sin impacto ambiental. ¡Y lo mejor de todo es que abastece a toda la región!

La reserva anticipada no es posible, sin embargo Gemma y Laurent se van a encargar de encontrar la mejor manera para visitarla y descubrir esta maravilla 🙂

Y hasta aquí este viajazo por la Bretaña francesa. Te vas a casa con la sensación de haber vivido el mejor viaje posible en la Bretaña y listo para emprender un nuevo viaje con Ruteart.