Kurdistán iraquí, la ruta hospitalaria

Los vuelos desde Madrid y Barcelona llegan a Erbil (capital de la Región Autónoma Kurda) de madrugada, por lo que la salida sería el día 21 de octubre para llegar en la madrugada del día 22 de octubre. O el 20 de abril en el viaje de 2024.

Si eliges hacer el viaje de Irak del 14 al 21 de octubre o en abril 2024 ya estarás en Erbil y la noche que llega el resto del grupo (21 de octubre) dormimos en Erbil.

Tras llegar a Erbil, el primer día, ya cogeremos carretera y nos iremos hacia el oeste, a la provincia de Duhok.

Visitaremos los monasterios cristianos ortodoxos de Mar Mattai y Raban Hormizd. Están ubicados en sitios estratégicos y eso fue clave en la lucha contra el ISIS.

También iremos a Lalish, el templo por excelencia de los yazidíes, una religión muy minoritaria con unas creencias bastante peculiares.

Finalmente hacemos noche en Duhok.

Un primer día completito con las primeras impresiones de este viaje organizado a Kurdistán.

Al día siguiente desayunaremos en la tetería de los mártires, un sitio superespecial en el que lo que menos importa es lo que desayunemos.

A continuación, iremos a Amadiyah (Amedî en kurdo sorani), la que llaman «la ciudad en el cielo» por su peculiar ubicación. Cuenta la leyenda que de allí partieron los Reyes Magos siguiendo la estrella. Después, tomaremos la carretera panorámica de Barzan, de las carreteras más bonitas de Kurdistán, si no la que más, e iremos a la cueva Shanidar y terminaremos el día haciendo noche en Soran.

Un día nuevo en Kurdistán y nos despertaremos para recorrer la carretera Hamilton, que se construyó para facilitar el comercio entre Irak y Turquía y que va por el desfiladero de Rawanduz; naturaleza imponente.

Esta zona es el lugar de nuestro guía local, por lo que para él, es como enseñarnos su casa y nadie la conoce como él.

Pasamos la noche en Erbil.

Ya estamos a mitad de camino del viaje a Kurdistán Iraquí en grupo y en este punto ya sabes que es un viaje diferente y totalmente auténtico.

El cuarto día, iremos hacia el este, a la provincia de Sulaymaniyah (no te líes; se dice «Sulimania» o simplemente «Suly») (Slemanî en sorani).

Esta es la parte más potente del viaje en el plano emocional en Kurdistán.

Visitaremos Halabja, un lugar en el que Saddam Hussein lanzó un ataque químico que aniquiló a unas 5000 personas en un día.

También visitaremos la Cárcel Roja, una antigua prisión de la época de Saddam Hussein, reconvertida en museo en el que se exponen diversas atrocidades cometidas en la historia reciente contra el pueblo kurdo.

Esta noche cenaremos en los puestos de comida callejera del mercado de esta misma ciudad, algo muy recomendable.

Vamos, que continuamos con este pedazo de viaje 🙂

El último día iremos a Akre, un pueblo muy fotogénico, que es donde más gente se reúne para celebrar el año nuevo kurdo cada 21 de marzo.

Esta celebración tiene un motivo y una leyenda que os canteremos in situ, para que puedas visualizarla mejor en tu cabeza mientras ves el escenario.

Después volveremos a Erbil (Hawlêr en sorani). ¿Qué lees si lees Erbil al revés? Bonito, ¿verdad?

Visitaremos la mezquita Jalil Khayat, que dicen es la más bonita de todo Irak (y es una preciosidad, desde luego).

Intentaré conseguir que nos la abran para verla por dentro, aunque es  difícil, porque solo la abren unas horas los viernes para la oración. Crucemos los dedos.

Después, tiempo para explorar el centro (ciudadela, bazar…) y hacer las últimas compras. La ciudadela está cerrada desde hace unos meses por mantenimiento, por lo que no se puede visitar por dentro. De igual modo, es imponente ver desde fuera cómo domina la ciudad.

La ciudadela, el lugar habitado de forma ininterrumpida durante más tiempo en el mundo (unos 6000 años). El bazar es aún muy auténtico porque casi no hay turistas.

El vuelo de regreso a España saldrá esa misma madrugada.

Y cuando llegamos a este punto, toca volver a casa y despedirnos de Kurdistán.

Eso sí, nos llevamos la sensación de ser descubridores de una zona casi sin explorar, alejada del turismo de masas, de compartir momentos que no se borran de la memoria y de sentirnos únicos en el destino.