Líbano: la puerta a Oriente Próximo

Volamos por la noche y llegamos de madrugada a Beirut. Nos están esperando en el aeropuerto el equipo local que tenemos preparado para este viaje alternativo.

Nos vamos al hotel a descansar, porque la aventura comienza en breves…

Al día siguiente, arrancaremos tempranito hacia Baalbek, donde visitaremos las ruinas romanas que se encuentran en un asentamiento originariamente fenicio.

Es un lugar impresionante, bastante bien conservado, con un templo de dimensiones que te hacen sentirte como un pitufo.

También visitaremos el santuario chií Sayyida Khawla, un precioso complejo en el que se encuentra la tumba de la bisnieta de Mahoma.  Casi nada!

Este lugar tiene una peculiaridad muy potente que Chico, nuestro coordinador, te cuenta in situ para que puedas encontrarle el sentido a lo que verás allí.

Para finalizar el día, y si vamos bien de tiempo (ya sabes, que en nuestros viajes no nos gusta correr solo por cumplir el itinerario) vamos a las bodegas Ksara, en el camino de vuelta a Beirut.

Allá nos vamos al Valle de Kadisha, también conocido como el «Valle Sagrado».

Este valle alberga algunos de los asentamientos monásticos cristianos primitivos más importantes del mundo y ha sido un lugar de refugio para quienes huyen de la persecución religiosa desde el siglo V. M

uy por encima del Valle de Kadisha y el pueblo de Bisharri, se encuentran los antiguos cedros de Líbano. Antiguamente, eran muy apreciados por su uso en la construcción de grandes palacios y edificios religiosos.

Hoy día, el cedro es el símbolo de Líbano y adorna su bandera.

Después de nuestro rico desayuno local, nos dirigimos a Trípoli es la capital del norte y la segunda ciudad más grande de Líbano.

Es una ciudad mucho más conservadora que Beirut (que es más bien cosmopolita).

Nos perderemos por las callejuelas de su enorme zoco, donde probaremos cositas ricas de comer y subiremos a la ciudadela.

Ya por la tarde, visitamos Byblos («Jbeil» en árabe) que es una de las principales candidatas a la «ciudad habitada continuamente más antigua del mundo».

Ahora, el lugar tiene capas y capas de ruinas que datan de la Edad de Piedra y se extienden hasta la era otomana más reciente.

Impresionante!!

Hoy toca madrugar porque nos vamos hacia el sur. Un día completito de actividades para seguir empapándonos de Líbano.

Sidón es la tercera gran ciudad-estado fenicia y es nuestra primera parada.

Sus orígenes se pierden en la memoria. Hoy día, la ciudad se ha convertido en un próspero centro comercial y de negocios que sirve a toda la región.

Después toca Tiro, que fue originalmente un asentamiento continental con una ciudad insular a poca distancia de la costa. El centro de la ciudad conserva su carácter marinero y sus interesantes casas de estilo antiguo.

Maghdouché: según la creencia cristiana, cuando Jesús llegó a Sidón, la Virgen María que lo acompañaba lo esperaba en la cima de la colina donde hoy se encuentra Maghdouché. Pasó la noche en una cueva que llegó a conocerse como Mantara, o la «Espera».

El emperador Constantino el Grande convirtió la cueva en un santuario para la Virgen. Nuestra Señora de Mantara es considerada la protectora de los niños.

Es un día resumido en 3 párrafos, pero es probable que este día no se te olvide por su importancia histórica.

Y llegamos al úttimo día, pero no por eso es malo, ya que hoy vamos a pasear por Beirut, una ciudad muy llamativa que no te parecerá bonita pero tampoco fea (o sí).

Está llena de contrastes: aquí, los yates; allí, niños refugiados caminando por la Corniche (el paseo marítimo); un restaurante de lujo en la planta baja de un edificio que se quedó a medio construir y solo se ve el esqueleto; mujeres tapadas sentadas en las rocas del mar y hombres semidesnudos jugando al fútbol unos metros más allá…

Beirut es vibrante, con una vida nocturna muy animada. Es centro de muchas ONG, por lo que viven muchos cooperantes internacionales y la convierten en una ciudad muy cosmopolita.

Te aseguramos que no te deja indiferente.

El vuelo de regreso será esa misma noche, pero como es bastante tarde, tenemos el hotel para descansar hasta la hora de irnos.

Hasta aquí, este viaje a Líbano. Volvemos a casa con muchas historias, con la satisfacción de ser privilegiados por viajar así y felices, muy felices.